En el número 13 de la calle Luchana hay un bar que se llama el Congreso.
Es la mínima expresión de un bar: una barra y dos o tres mesas.
El dueño, a falta de hacer otra cosa, lee el periódico sentado en una de las mesas.
En el 49 de la calle Raimundo Fernández Villaverde hay un estanco con una reja en su escaparate muy historiada.
Son las 6,10. Estoy en el Comercial, un café a la antigua en la Glorieta de Bilbao. Es un gran local que es un mar de mesas con gente, con columnas, con lámparas y todo es amarillo, color vainilla o tonos marrón.
Los camareros con chaquetillas blancas no paran de abastecer de café y chocolate a esta gente de Madrid que no sé desde cuando abarrotan el local.
Llega Gonzalo y nos ponemos a hablar y ya somos parte de la marea.
Estoy en un bar con máquinas tragaperras en la calle Génova frente a la sede principal del Partido Popular actualmente en el gobierno.
Nada más entrar en el bar, alguien tira una servilleta de papel al suelo recién fregado.
Se escucha por la radio una entrevista a un doctor sobre alimentación sana: esa cantinela que nos acompaña en esta actualidad.
Llegan dos jóvenes haciendo una encuesta sobre las vacaciones. Ahora se la hacen a un cliente y a uno de los camareros.
Espero con ansiedad a que lleguen a mí para apuntar las preguntas que hacen y son:
¿Dónde le gustaría pasar las vacaciones con su pareja?
Canarias, Baleares, Costa Azahar
¿Cuándo hacen ustedes las vacaciones?
Verano, invierno
¿Coincide en vacaciones con su pareja?
Sí, no, soltero, novios, casado.
¿Qué trabajo realizan en su empresa?
El, ella.
En el número 47 de Narváez hay una tienda de modelismo (Hobby Map) con una maqueta en el escaparate.
Se ve una feria, carreteras (en una de ellas pasa una carrera ciclista), un puerto con un barco y las autoridades en un palco. Alrededor hay un fuerte cinturón de seguridad. El público, detrás de una de las vallas, observa el acto. Es una maqueta muy bonita.
Cojo un autobús para Barcelona y escribo en él:
Hace tiempo, en un viaje, me dejé una cosa muy importante olvidada en el autobús. Fue entonces un fastidio. Hoy, ni me acuerdo de lo que era.
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